Boho-chic es un estilo de moda inspirado en diversas influencias bohemias e hippies, que en su apogeo a finales de 2005 estuvo asociado particularmente con la actriz Sienna Miller y la modelo Kate Moss en el Reino Unido y (como «boho» chic) actriz y empresaria Mary-Kate Olsen en los Estados Unidos. Se ha visto desde principios de la década de 1990 y, aunque parece disminuir de vez en cuando, ha resurgido en varias ocasiones de diferentes maneras. Muchos elementos del boho-chic se hicieron populares a fines de la década de 1960 y algunos se remontan mucho más atrás, estando asociados, por ejemplo, con las mujeres prerrafaelitas de mediados y finales del siglo XIX (una asociación de pintores, poetas y críticos ingleses, fundada en 1848 en Londres por John Everett Millais, Dante Gabriel Rossetti y William Holman Hunt con la finalidad de dar a las obras de arte un significado capaz de transmitir un mensaje tal como había hecho la pintura cristiana, un regreso al detallismo, colores intensos y composiciones complejas).
También se contextualiza pensando en los Gypsies o Gitanos que son originarios de Bohemia, una zona de Europa del Este y de ahí que se refieran a los artistas e intelectuales como Bohemios y de “bohemios” el término “boho”.
Por eso este estilo puede ser algo así como un cóctel en el que se mezclan abundantes ecos hippies y bohemios, con un toque étnico –del navajo al arabesco– y otro toque campestre. Se agitan estos elementos sobre una base vintage y se espolvorea un poco de espíritu relajado. Se sirve con un fular alrededor del cuello y un bolso de asa larga colgando del hombro… et voilà, he aquí el perfecto look boho.
Fue en la edición de 2004 del festival de Glastonbury cuando Sienna Miller prendió la mecha de la tendencia boho con un vestido corto en denim negro. Remarcó la silueta con un cinturón ancho plagado de tachuelas, y entre sus mechones dorados se intuían unas gafas de sol con montura en verde lima. Justo un año después, el boho cobró relevancia. Kate Moss aparecía en el mismo festival con Pete Doherty, por aquel entonces su novio y de los Babyshambles. Ella llegaba con unas Hunter llenas de barro, un vestido vintage y un bolso de inspiración zíngara. El resto es historia.
Kate Bosworth, Kate Hudson, Mary-Kate Olsen, y un tropel de chicas en todos los blogs de streetstyle alrededor del mundo han ido ampliando y aportando detalles y matices. Pero son esas dos imágenes y esas dos embajadoras de excepción las que encierran y condensan todo el aura del estilo boho.
Pero en la década de los 60s, ya existía el estilo junto con el movimiento hippie, la estética de ambos, siempre fue de la mano. Este, centrado en la creatividad, en la vestimenta étnica y en el rechazo a la forma de vida mainstream, cobró gran poder dentro de las generaciones de jóvenes que querían sumarse a las protestas y por medio de la música y las artes hacer historia y dejar huella. El festival Woodstock fue un acontecimiento muy importante para esta tendencia.
Personalidades como la cantante de blues Janis Joplin, la groopie y más tarde pareja de Keith Richards, Anita Pallenberg, las actrices Jane Birkin y Brigitte Bardot, la diseñadora Thea Porter, fueron las precursoras de lo que hoy conocemos como el Boho-Chic.
Hoy por hoy esta moda sigue en las grandes pasarelas con diseñadores como Isabel Marant o Etro. Y cada día hay más fieles seguidoras, empezando por aquellas que nos inspiraron y revivieron esta tendencia como lo son Kate Moss, Sienna Miller, Alexa Chung, Erin Wasson y más. Aunque cabe decir que hoy en día, ser Boho tiene sus toques eclécticos, ya que no está peleado con usar una bolsa Chanel o unas botas estilo cowboy Giuseppe Zanotti. La creatividad es el límite.
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